martes, 17 de agosto de 2010

Una serie de catastróficas desdichas

Tras una noche de lluvias y tormentas en pleno Agosto, partimos a las 09.00 desde Cúllar Vega con destino al llano de la perdiz. Desde el primer momento tenemos esa extraña sensación de que todo va a salir entre mal y regular. Efectivamente no nos equivocamos. Resulta difícil explicar en apenas unas líneas todo lo que nos ha pasado en 4 horas de bicicleta, menos mal que las fotos y los vídeos avalan lo acontecido.

Subiendo hacia el cementerio de Granada nuestro amigo Moi nota desinflada su rueda trasera. Tras arreglar el pinchazo con un parche, vemos cómo se vuelve a desinflar la rueda. Volvemos a parar, percatándonos de que la rueda trasera tiene decenas de pinchos clavados, lo que provoca multitud de pinchazos en la cámara. Mientras Moi y Mario se afanan en poner hasta 6 parches a la cámara, yo me decido a bajar hasta una tienda cercana, en la carretera de la Sierra a comprar dos cámaras nuevas. Tras cambiar ambas, llegamos al llano de la perdiz tras más de 3 horas de poco camino y muchas paradas, y ahora le toca a Mario cambiar una cámara en la rueda de alante. Para bajar cogemos uno de los caminos rápidos y sinuosos, que tiene algunos saltos impresionantes, donde para poner la guinda al pastel nuestro amigo Mario se ha acabado cayendo, contra un olivo, del que aún quedaban restos en su manillar al levantar la bici. Menuda serie de catastróficas desdichas.

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